CARMENERE ¿MAIPO O COLCHAGUA?
Ha pasado bastante agua bajo el puente del Carmenere desde que fue redescubierto en Chile en el año 1994.
Mezclado en los viñedos de Merlot estaba esta variedad de ciclo largo, es decir que necesita un periodo prolongado de buenas temperaturas para madurar. Muchas veces plantado en suelos marginales, demasiado húmedos o fértiles, en los años noventa y década del 2000 aprendimos a prueba de errores que esta uva tan nuestra, requiere ciertos cuidados y romper paradigmas.
Atrapada entre el carácter vegetal y la sobre madurez para escapar de las notas excesivamente herbáceas que presenta el vino cuando no esta la viña plantada en un buen terroir, hemos hecho un flaco favor a la reputación de esta variedad.
Sin embargo, hace poco mas de una década hemos aprendido que si bien necesita temperatura, estas no deben ser excesivas, sino mas bien templadas pero prolongadas en el tiempo. Junto con un cambio de estilo de vinos mas maduros y alcohólicos a vinos orientados a la fruta fresca, el Carmenere nos demuestra que en suelos arcillosos, pero con buen drenaje, sean estos aluviales o graníticos, puede darnos, especialmente si son viñedos maduros, algunos vinos excelentes, y lo mas importante, con identidad y un carácter propio inconfundible. Especiado, pero no verde, de taninos más redondos que su primo el Cabernet Sauvignon y acidez naturalmente mas baja, nos ofrece una gran opción de vino gastronómico. El carácter levemente herbáceo nos muestra una uva de “clima frío” sin realmente crecer ahí.
Pensando en esto, en Viña Morandé nos atrevimos a plantar Carmenere en los suelos aluviales a orillas del río Maipo, muy cerca de otro puente, el de la Ruta 5 sur. En nuestro campo Romeral, buscamos los suelos de gravas de la segunda terraza geológica del río, que tuvieran mas proporción de arcilla respecto a los cuarteles de Cabernet Sauvignon que también plantamos en el campo. En alta densidad, podando y trabajando el viñedo para una producción no mayor a 1 kg por planta, este clima templado, seco pero fresco nos ha dado grandes satisfacciones. Las temperaturas que tenemos en Romeral son consistentemente mas bajas que el sector mas central de Maipo y las constantes brisas que recorren en las tardes el Cajón del río refrescan las cálidas temperaturas del verano.
El Resultado es un Carmenere único, que representa todo lo bueno y propio de esta variedad, es decir, fruta negra, pimentones asados, algo de ahumado y una boca llena pero fresca, sin notas verdes, sino especiada, a pimienta blanca, largo y con taninos fundidos que evolucionan muy bien en la botella.
La guarda de 12 meses en barricas de mas de tres usos aporta complejidad, termina de casar muy bien el vino.
Enólogo Viña Morandé